El principal afluente del río Guadalquivir, el Genil, se convierte en Iznájar en el mayor pantano de Andalucía. Ocupa tierras de las provincias de Córdoba, Málaga y Granada, su capacidad supera los 950 millones de metros cúbicos, posee más de 100 kilómetros de orilla y 32 de longitud cruzando en paralelo la parte central del término municipal.
Fue inaugurado el 3 de junio de 1969 y pertenece a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir. Sirve de defensa contra las riadas del Genil para Puente Genil, Écija y otras localidades ribereñas y abastece de agua para el uso doméstico a una población en torno a las 200.000 personas. Cubrió 3.000 hectáreas, de las que 200 eran de regadío y dejó inundados ciento cincuenta mil olivos, la superficie regable creada ascendió a 65.000 hectáreas, en la construcción de la presa fueron empleados un millón cuatrocientos mil metros cúbicos de hormigón que supuso el récord de tales obras en España, dos viaductos de hormigón pretensado se construyeron para poner en comunicación la variante de la carretera de Lucena y Loja pero las aguas se embalsaron antes de que fuesen terminados los viaductos y durante casi un año el paso de orilla a orilla se hizo en barcas y pontones (las estadísticas de la Confederación Hidrográfica arrojan datos de más de 10.000 tránsitos en barcas de personas y ganado y más de 9.000 vehículos trasladados, lo que evidencia el problema de aislamiento planteado en ese plazo de tiempo).
Al pie de la presa se levantó la central hidroeléctrica más importante de la época en Andalucía, con cien millones de kilovatios/hora anuales con intercomunicaciones a través de todo el sur peninsular.
La construcción del embalse supuso la expropiación de las mejores tierras cultivables del municipio, lo que provocó el desplazamiento de innumerables iznajeños: numerosas familias fueron trasladadas a tierras de los regadíos surgidos río abajo (Céspedes, Poblado de Maribáñez, Bembézar…) en contraprestación al desalojo por el que se vieron afectados, otros optaron por la emigración a otras regiones del norte peninsular . Es evidente, que este acontecimiento propició en Iznájar que afectase en mayor medida a su población la emigración dada en tantas zonas rurales andaluzas en la época.
La construcción del embalse modificó no sólo el paisaje de esta tierra, convirtiendo su núcleo principal en una pequeña península que parece emerger entre las aguas unida a tierra firme a través de puentes, sino que transformó toda su estructura social y económica. Se produjo una modificación del medio físico, de las actividades económicas, de los asentamientos de población y de las infraestructuras. Convirtiéndolo en un nuevo pueblo, con nuevos problemas que requerirían soluciones diferentes.
Más información: Enlace al Estado del Embalse de Iznájar a tiempo real