Nos situamos a las puertas de la Ermita de la Antigua, una construcción del siglo XVII compuesta por una gran nave abovedada, al final de la cual aparece un camarín del siglo XVIII, que ofrece la peculiaridad de formarse en su cubierta nueve tramos con ocho bóvedas y una pequeña cúpula central, elevado en cuatro columnas, lo que le otorga un carácter especial dentro del repertorio de camarines de la provincia, normalmente reducidos a simples recintos cuadrados u octogonales.

En su interior se encuentra la imagen de la Virgen de la Piedad, Patrona de Iznájar, una obra de barro cocido policromado, estéticamente enmarcada en la corriente flamenco-borgoñona similar a la del anónimo autor de la Fuensanta en Córdoba capital.

La imagen está datada en los años centrales del cuatrocientos. La obra guarda semejanza con las de Lorenzo de Mercader o Mercadante de Bretaña, quien trabajó en Sevilla entre 1453 y 1467. Su autoría hay que atribuirla a algún artista seguidor del citado maestro por estos años.

Dentro de la Ermita, en el lateral derecho se abre un arco que conduce a la capilla de Ntro. Padre Jesús Nazareno. Es de planta cuadrada y bóveda por arista con florón de hojarasca.

La capilla ofrece vistas a un retablo renacentista obra de Francisco Franco Roldán y restaurado recientemente. Este retablo sirve de presentación al bello y curioso camarín barroco donde es custodiado el Cristo. Este camarín está decorado por motivos de fauna y flora de yeso, así como por los símbolos del martirio y un lienzo al fondo con una sencilla Piedad. Debajo de este lienzo se encuentra el popularmente conocido como “Mascarón de la Antigua”, un rostro de facciones grotescas hecho de escayola que representa la figura de Simón Cirineo. Destacar que éste se soporta sobre un túnel que da acceso al patio de la Antigua desde la calle, y bajo el que parece hallarse un aljibe de la época.

La talla de Jesús Nazareno es fechada en 1702 y atribuida al escultor antequerano Antonio del Castillo, siguiendo los patrones de arte de la Escuela Granadina. La popularidad de la Procesión del Calvario el Viernes Santo por la mañana ha hecho que esta imagen sea seguida con un fervor especial por la población local y sea considerado el Señor de la Semana Santa de Iznájar, recibiendo reconocimiento institucional en 2017 al coincidir con su salida extraordinaria.