La Aldea de La Hoz se sitúa al noroeste del municipio de Iznájar, al pie de las Sierras Subbéticas, siendo el curso del río que da nombre a la Aldea el límite de los términos municipales de Iznájar y Rute.

Es probable que el topónimo del lugar lo tomara de los restos de las estructuras emergentes de la propia fortificación ibérica existente en la Aldea.

El agua es una constante en Iznájar y así el origen de la mayor parte de sus Aldeas se encuentra junto a los cauces fluviales, como es el caso de la Aldea de La Hoz, o junto a los numerosos abrevaderos o fuentes existentes en el término municipal. Con la presencia del río, se aprecia la existencia de un rico ecosistema, en el que destaca una abundante flora, con una gran variedad de plantas como la pamplina, el llantén, la zaragatona, el lirio y las azucenas de agua, o los álamos y cañaverales.

El terreno de huerta, los olivares, las amplias arboledas de chopos o álamos y el terreno calizo que conforma la «Garganta» en donde nace el río de La Hoz, se constituyen como elementos paisajísticos de singular belleza.

Los vestigios arqueológicos encontrados en la Aldea delatan la presencia ibérica, habiéndose encontrado cerámicas con decoración geométrica y trozos de ánforas de similar cronología. Destaca el recinto fortificado ibérico que se encuentra en el lugar conocido como «Cerro del Castillejo», un yacimiento que presenta una buena situación estratégica, con fuertes escarpes en todos sus flancos, ejerciendo una evidente función de control sobre el río, y los caminos y senderos que lo bordean.

Entre los elementos de la arquitectura civil, destaca el «Puente sobre el río de La Hoz», que une los municipios de Rute e Iznájar.