En pleno casco histórico, junto a la Sala-Museo Antonio Quintana encontramos un mirador que nos permite observar la Sierra de la Ventanas y uno de los afluentes de nuestro embalse, el arroyo de Priego. Cuando el embalse no se encuentra en su máxima capacidad, nos ofrece la posibilidad de ver el Puente Molinillo, la antigua carretera, la chimenea de una fábrica y  restos del pasado de Iznájar que quedó sepultado por las aguas.